La automoción tendrá en Euskadi su ‘centro inteligente’ en digitalización

En plena pandemia, Automotive Intelligence Center (AIC), el centro inteligente en automoción ubicado en el municipio vizcaíno de Amorebieta, inició la construcción de su cuarta ampliación para continuar impulsando la transformación del sector. Esta superficie albergará el edificio que simbolizará la era de la digitalización, según adelanta Inés Anitua, directora general del clúster de automoción vasco Acicae y de AIC.

«Se incorporarán empresas y proyectos muy relacionados con los retos de la digitalización, la electromovilidad, el hidrógeno, etc. y nuevos perfiles profesionales. Vamos a ir a otro tipo de producto más digital, menos laboratorio y más ordenador, nuevas tecnologías, programación, electrónica. Será un espacio diferente en su aspecto exterior y en el interior».

Acelerador de la innovación

El objetivo es tener las nuevas instalaciones operativas para mediados de 2022, una herramienta más del hub acelerador de la innovación del sector de las cuatro ruedas que es AIC. Este centro comenzó a funcionar en enero de 2009, en medio de otra gran crisis económica, se realizó una segunda fase en 2010 y la tercera en el año 2015.

AIC es un acelerador de la innovación tangible, un hub físico conectado a un network global, donde se trabaja la innovación haciendo todo el recorrido, desde el mundo de las ideas pasando por la I+D, casi siempre, hasta la creación de un producto, la mejora de procesos o un nuevo negocio y, en paralelo, la formación de las personas. «No somos un centro tecnológico, somos un centro de innovación y esa es la diferencia», explica la directora general de AIC.

Precisamente, la originalidad de la instalación reside en integrar todo para la automoción en un mismo espacio con las empresas, con una base real. «Y por eso hemos crecido tan rápido, tenemos físicamente 30 organizaciones de 10 nacionalidades y 900 personas trabajando aquí», razona Inés Anitua.

Este modelo de centro inteligente en automoción es único en el mundo, ya que fue fruto de una reflexión en el seno de Acicae. «Con el fin de ser más competitivos, pensamos en crear una herramienta, no solo para empresas vascas sino para el ámbito internacional, con un enfoque a mercado. Nos han venido a copiar chinos y mexicanos, pero el centro es difícil de replicar, porque surgió de una realidad sectorial y de nuestra capacidad de competir y cooperar», asegura la directora de Acicae. «Sí tenemos alianzas con centros de conocimiento en todo el mundo, tecnológicos, clientes finales, universidades, etc».

La base de los proyectos de AIC es que sean en cooperación hasta un momento determinado, lo que permite trabajar y desarrollar más proyectos que si los tiene que hacer todos una misma empresa.

«Hemos desarrollado una fábrica avanzada (smart factory) para enseñar a las empresas, con recursos en inteligencia competitiva, trazabilidad, formación, etc», cuenta Inés Anitua.

Próximos residentes

Sobre los futuros ‘habitantes’ del nuevo edificio que simbolizará la era de la digitalización, se conoce tan solo el nombre de uno: Gestamp.

La multinacional vasca, que ya cuenta en AIC con el centro de formación para el grupo Gestamp Technology Institute (GTI), anunció el pasado verano la puesta en marcha de un centro de investigación orientado a la fabricación de piezas para coches eléctricos.

La inversión asciende a unos 17 millones de los que cerca de la mitad, hasta 8 millones, serán aportados por el Gobierno vasco.

El centro investigará sobre los cambios necesarios en la transición de los motores de combustión hacia el vehículo eléctrico, y más en concreto, en aspectos como los nuevos materiales para reducir el peso del vehículo y contribuir a un menor consumo, con el reto de avanzar hacia el coche eléctrico.

Gestamp, con sede en Abadiño (Vizcaya) es uno de los principales fabricantes mundiales de piezas y componentes metálicos para automoción, con una plantilla de más de 40.000 trabajadores. La firma que preside Francisco José Riberas hace con este centro una apuesta por la innovación, con la intención de ganar posiciones en la transición hacia el vehículo eléctrico y, además, aporta valor a la I+D+i vasca.

Como empresa tractora, ayudará a dinamizar al tejido auxiliar y de proveedores y contribuirá a la recuperación de la economía, señaló en la presentación del proyecto.

El sector crecerá un 9% este año

La facturación del sector vasco de automoción cayó un 18,5% en 2020, año en que la incertidumbre por la pandemia se sumó a la transformación en la que ya estaba inmersa la actividad por los sistemas de propulsión. No obstante, las previsiones apuntan a un crecimiento del 9% en 2021 y la recuperación de las cifras pre-Covid para 2023. «Es un sector muy ágil e innovador, aprendimos de la crisis de 2008 y ahora hemos reaccionado aún más rápido», asegura Inés Anitua.

Artículo publicado en El Economista

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