El pasado 9 de marzo, la Comisión Europea presentó su hoja de ruta para llevar a cabo la transformación digital de la UE. Bajo la idea de una Brújula Digital, esta iniciativa busca llevar a cabo una “década digital” en Europa, como pedía la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.
Para dar a conocer mejor este proyecto, la patronal tecnológica DigitalES (Asociación Española para la Digitalización) ha celebrado una jornada en la que Raquel Jorge-Ricart, socióloga y politóloga especializada en prospectiva y política tecnológica y digital, ha puesto de manifiesto la importancia de esta brújula digital.
Como ella misma ha explicado, la Brújula Digital 30, a nivel español, “no ha recibido demasiada atención mediática”. Aun así, “es un paquete muy relevante, no tanto por las cuatro líneas de acción, sino por los desafíos en los que la UE podría sumergirse si la estructura de gobernanza, tal y como se ha planteado, no se forja de una manera coherente. Hay una oportunidad, y por eso es bueno abordar estos cuatro puntos cardinales”.
Los cuatro puntos cardinales buscan, a su vez, cuatro objetivos. El primero sería llegar a tener una ciudadanía capacitada y empoderada digitalmente, así como profesionales del sector, con mayor presencia femenina. El segundo punto, contar con infraestructuras digitales seguras, sostenibles y eficaces. Tercer, llevar a cabo una completa transformación digital de las empresas. Y, por último, digitalizar todos los servicios públicos.
Metas
En concreto, Europa establece que, para 2030, al menos el 80% de todos los adultos debería tener competencias digitales básicas y debería haber veinte millones de especialistas en TIC en la UE, con más mujeres adoptando este tipo de trabajo.
En lo que respecta a las infraestructuras tecnológicas, todos los hogares de la UE deberían tener conectividad de gigabit y todas las zonas pobladas deberían estar servidas por redes 5G; la producción de semiconductores de punta y sostenibles en Europa debería representar el 20% de la producción mundial (el doble que la actual); deberían desplegarse en la UE diez mil nodos externos muy seguros y climáticamente neutros; y Europa debería tener su primer ordenador cuántico.
Para 2030, tres de cada cuatro empresas deberían utilizar servicios de computación en nube, macrodatos e inteligencia artificial; más del 90% de las pymes debería alcanzar al menos un nivel básico de intensidad digital; y el número de unicornios de la UE debería duplicarse.
Por último, la Comisión establece que, para 2030, todos los servicios públicos clave deberían estar disponibles en línea; todos los ciudadanos deberían tener acceso a su historial médico electrónico; y el 80% de los ciudadanos deberían utilizar una solución de identificación electrónica.
¿Cómo se hará?
Como ha explicado Jorge-Ricart, se hará una medición cuantitativa y estandarizada del desempeño de las metas, una monitorización de brechas de capacidades digitales de infraestructuras y construcción de consensos y acuerdos para facilitar la implementación. Además, habrá informes anuales para proyectos multipaíses, marcadores, un informe anual del estado de la década digital europea, progreso hacia metas 2030 con un sistema de puntos –con semáforos por colores–… Asimismo, desarrollarán un eurobarómetro anual, con la percepción social del respeto a los derechos y valores del mundo digital
Y, por supuesto, acuerdos internacionales, “con la alineación o convergencia de otros países con las normas y estándares regulativos y paquetes de economía digital y establecimiento de acuerdos internacionales a través de los distintos fondos digitales”.
Artículo publicado Innovaspain