Un reciente estudio cifraba en 285 millones de dólares el mercado potencial de la realidad virtual aplicada a la medicina para el año 2022. Esta tecnología puede ayudar a tratar enfermedades e incluso se está utilizando en quirófanos de hospitales como el Gregorio Marañón de Madrid.
Una de las tendencias tecnológicas más llamativas de nuestros días es la realidad virtual, junto a sus hermanas de la realidad mixta y aumentada. Hablamos de la capacidad de recrear mundos digitales en un entorno físico, de suponer realidades y trasladarnos a otros universos.
Sin duda, las aplicaciones de esta tecnología son increíbles en campos como el entretenimiento (PlayStation ya ha hecho de la realidad virtual una de sus grandes apuestas de futuro) o el sector empresarial (con importantes calados en el segmento industrial o de formación). Pero hay un campo mucho más interesante donde la RV está llamada a marcar una era: la sanidad.
No en vano, un reciente estudio de la firma de análisis ABI Research cifraba en 285 millones de dólares el mercado potencial de la realidad virtual aplicada a la medicina para el año 2022. En la actualidad, esa cifra apenas supone 8,9 millones de dólares, con lo que el crecimiento estimado a cinco años vista es más que exponencial.
A continuación tienes 5 ejemplos de para qué se está utilizando la realidad virtual en el ámbito de la salud:
Miembros fantasma
Cuando una persona pierde una extremidad, ya sea por accidente o por enfermedad, suele sufrir un trastorno asociado que se conoce como “síndrome del miembro fantasma”. Se trata de una sensación de dolor en la extremidad amputada, debido a fallos en las conexiones neuronales que debían regular esa región del cuerpo.
Pues bien, un investigador de la Universidad Tecnológica Chalmers, Max Ortiz Catalán, está trabajando en una tecnología de realidad virtual que permitiría, en última instancia, reducir esa sensación crónica que afecta a la calidad de vida de los pacientes.
Su propuesta pasa por mostrarle a los afectados una imagen virtual de su miembro completo y en movimiento, haciendo uso de un monitor, una cámara y un marcador situado en el muñón. De esta forma, el científico espera restaurar el estado cerebral previo a la amputación, mostrándole para ello diferentes movimientos en tiempo real que se obtienen mediante los sensores colocados en la superficie del muñón y que recogerían la actividad eléctrica de los músculos.
En el quirófano
Hablamos ahora de una aplicación no de la realidad virtual, sino de su hermana, la realidad mixta. Como demostraron recientemente el Hospital Gregorio Marañón, la startup Exovite y Microsoft, esta tecnología puede ser utilizada en entornos quirúgicos para acceder más fácilmente a toda la información del paciente, desde un TAC hasta las resonancias, pasando por sus radiografías y modelos de reconstrucción 3D.
En la primera experiencia con la realidad mixta (una operación de tumor muscular), los cirujanos pudieron visualizar sin más dispositivo que unas gafas HoloLens un sinfín de documentación valiosa: material anatómico de consulta 2D, reconstrucción 3D a partir de un TAC y una Resonancia Magnética del paciente, algunas radiografía, los cortes radiológicos de la resonancia magnética, un atlas quirúrgico…
Todos esos datos se muestran sobre una pared, una mesa quirúrgica o sobre el propio paciente, gracias a que las gafas hacen un mapeo total del quirófano y los distintos elementos que existen en la sala.
Asperger
Las personas con Asperger, una variante del autismo, tienen problemas de socialización, miedo y ansiedad en situaciones tan cotidianas como mantener una conversación y ya no digamos hablar en público.
Para ayudarles a vencer esas fobias y mejorar su nivel de adaptabilidad social, una iniciativa de la U-tad llamada CicerOn busca emplear la realidad virtual junto a técnicas de motivación que les anime a seguir progresando contra la adversidad.
Se trata de una app en la que los usuarios tendrán ocasión interactuar con avatares virtuales a través de técnicas de gamificación, dinámicas de juego en entornos no lúdicos. La dificultad será progresiva según los niveles, aumentando la cantidad de obstáculos, interrupciones o ruidos. A través del avance, cada usuario mejorará sus habilidades y competencias sociales significativamente.
La aplicación de CicerOn podrá usarse con gafas de visión estereoscópica y un smartphone, por lo que podrá utilizarse como entrenador virtual en cualquier espacio. Otro posible uso será mediante un dispositivo de realidad virtual que propicie un entorno virtual más inmersivo y realista.
Autismo
Siguiendo en la misma línea, el sistema público de salud británico (NHS) también está trabajando en aplicaciones de la realidad virtual para tratar el autismo en general.
Así pues, el NHS se ha unido a Universidad de Newcastle y la compañía Third Eye Technologies para desarrollar ‘Blue Room’, un entorno inmersivo para que los autistas más jóvenes superen sus miedos.
Con apenas cuatro sesiones de media, el funcionamiento de la terapia es el siguiente: los pequeños se sitúan en una habitación cerrada capaz de recrear imágenes audiovisuales del mundo real, en 360 grados, sin ningún punto de referencia externo. Una sensación completamente envolvente, sin gafas ni auriculares (que pueden generar angustia en algunos autistas), que permite a los niños moverse por toda la escena, interactuar y navegar con los distintos elementos gracias a los controles de un iPad. Al mismo tiempo que realizan estas acciones, un psicólogo les asesora y proporciona ejercicios de relajación y respiración.
¿El resultado? Ocho de cada nueve niños tratados con esta tecnología fueron capaces de hacer frente a una situación que temían antes,
Fobias y paranoias
Como hemos visto en los dos ejemplos anteriores, hace tiempo que se viene explorando la capacidad de la realidad virtual para el tratamiento de problemas psicológicos como las fobias. Uno de los proyectos más avanzados en ese sentido es el de la Universidad de Oxford, cuyos investigadores han utilizado esta tecnología para tratar las situaciones que generan ansiedad y temor, exponiéndoles de forma controlada a esos entornos.
Las fobias pueden ser tratadas mediante la enseñanza de diversas técnicas de relajación para el paciente y luego, gradualmente, se les suele exponer a su miedo original, lo cual puede ser un proceso muy lento. Sin embargo, la realidad virtual permitiría acelerar este camino, al exponer a los enfermos a las situaciones amenazantes en un entorno seguro en el que poder desensibilizarlos sin que haya un riesgo real para el paciente.
De nuevo, los resultados hablan por si solos: En el estudio de esta universidad, realizado con 30 pacientes, alrededor del 20% de los pacientes ya no tenía paranoia severa al final de la prueba; cifra que se elevaba a más del 50% cuando se animaba a los pacientes a abandonar sus comportamientos defensivos habituales.
Artículo publicado en ticbeat.com