Un consorcio internacional liderado por el centro tecnológico Leitat, con sede en Barcelona, ha desarrollado una batería recargable para coches eléctricos e híbridos más ligera que, cuando se comercialice, en unos 5 años, permitirá doblar la autonomía del coche y reducir su peso a la mitad.
Este lunes se han presentado en Barcelona los resultados de Alise, un proyecto de investigación sobre la batería de litio-azufre, financiado por la UE con un presupuesto de casi siete millones de euros.
Este proyecto, en el que han participado 16 socios, entre universidades, centros de investigación y empresas de cinco estados de la UE, se ha coordinado desde Cataluña a través del centro tecnológico Lietat y ha contado con la implicación de empresas como Idneo, Ficosa y el centro técnico de Seat.
El proyecto Alise ha acabado con la presentación de este prototipo, que se mejorará y se hará una realidad comercial con el proyecto Lisa, que cuenta con otros 7,9 millones de financiación comunitaria, y que ya se ha puesto en marcha.
El coordinador del proyecto Alise, Christophe Aucher, de Leitat, ha explicado las mejoras conseguidas en el prototipo presentado hoy respecto a las baterías de iones de litio que actualmente hay en el mercado, como que tienen un 15 % menos de peso, aunque todavía tienen que seguir mejorando hasta conseguir reducirlo a la mitad.
«Queda mucho camino para tener algo que esté listo para poner dentro de un coche», ha dicho Aucher, por lo que «hay que seguir trabajando».
Cuando dentro de unos cinco años las baterías de litio-azufre se pongan en el mercado, pesarán la mitad que las actuales y durarán el doble. El prototipo actual dura un 10 % más en el coche híbrido y un 2 % más en el coche eléctrico.
Además, las nuevas baterías presentarán ventajas de seguridad a altas temperaturas, rapidez y mejora a la hora de la carga.
Según Aucher, uno de los problemas con los que se encuentran es que no hay muchos fabricantes de esta tecnología, por lo que llevará un tiempo llegar a un nivel de «producción amplio».
Para Aucher, con esta batería de litio-azufre, Europa puede recuperar su competitividad en este campo, ya que en la actualidad la UE va por detrás de Asia y Estados Unidos.
También el representante de la Comisión Europea en Barcelona, Ferran Tarradellas, ha explicado que esta nueva tecnología permitirá avanzar en los objetivos sobre el cambio climático y la economía circular, reducir la dependencia de algunas materias primas y «recuperar» el liderazgo tecnológico en algo que será fundamental para el futuro, como es la movilidad.
Por su parte, el investigador de Oxis Energy, Ulderico Ulissi, ha asegurado que la industria automovilística necesita baterías que «duren más y sean más ligeras» y esta es la principal ventaja de esta batería de litio-azufre.
Además, son «respetuosas con el medio ambiente», ya que en su composición no incluye metales pesados como las baterías convencionales, que utilizan metales más caros como el níquel o el cobalto, que suben su precio.
Otra de las utilidades que pueden ofrecer las nuevas baterías es que también se podrían aplicar en pseudosatélites de altitud elevada, que se utilizan para la supervisión, navegación o conectividad de internet, o en aviones ligeros que se pueden cargar con placas solares durante el día y pueden funcionar con baterías de litio-azufre durante la noche.
En el proyecto Lisa, que continúa el proyecto Alise y que ya está en marcha, se pretende prolongar también el ciclo de la vida de las baterías, reducir el coste de la misma y mejorar su reciclaje.
Artículo publicado en eleconomista.es